Aquel día de febrero de 2009 en que me llegó la información de que en Almería se iba a celebrar un Encuentro Andaluz de Blogs Educativos y que podía presentar alguna experiencia, me dije que esa era otra ocasión de asistir a un evento donde compartir, desvirtualizar y aprender. Así que, ni corto ni perezoso me puse a preparar mi aportación y a solicitar mi participación.
Recuerdo que al llegar fui recibido por los compañeros que organizaron el evento y me mostraron su interés en que fuese algo diferente a lo que se venía realizando. La verdad es que así fue porque durante los días que duró el encuentro se dio posibilidad de confraternizar, comprobar la frescura de ideas, posibilitar trabajo en equipo, llegar a aportaciones sobre lo digital y metodológico…
Fue un acontecimiento que ayudó a que empatizáramos bastante consiguiendo que pudiésemos intercambiar maneras de trabajar en el aula, el uso de la tecnología, los elementos necesarios que pudiesen ayudar a alcanzar las metas que perseguíamos y convivir con compañeros y compañeras en los momentos de encuentro y descanso.
Volví con una gran satisfacción por todo lo que he expuesto y lo comuniqué a otros compañeros y compañeras que formaban parte de mi grupo de trabajo local y de centro. Esto hizo que nuestro grupo de trabajo fuera teniendo más contactos para enriquecer las investigaciones y la creación de materiales que veníamos realizando. EABE comenzaba a influir positivamente.
La inercia que creó en nosotros dio lugar a que se convocara el segundo EABE, por petición popular y por organización desde abajo, abriendo paso a los demás encuentros que han venido celebrándose hasta el año 2019 y espero que, tras dos años de paréntesis obligado, volvamos a encontrarnos en Sanlúcar. Y en todos he estado y espero seguir acudiendo a los que se vayan celebrando.
Otro de los aspectos más destacados es la acogida a todo aquel que llega, sea de donde sea. Porque EABE actúa también como foco que atrae a aquellos que desde fuera de nuestra comunidad se acercan a participar, a descubrir y a extender el carácter del encuentro. Actúa de amalgama y de nodo emprendedor que nos permite unirnos con otros eventos parecidos y facilitar redes.
El formato de EABE como lugar de encuentro es lo que más me atrae. Una organización dejada en manos de voluntarios, con amplia libertad para desarrollar en esos días la fórmula que creen conveniente y que suele tener en cuenta la experiencia pasada pero siempre con nuevas aportaciones, facilitando la comunicación, el intercambio de ideas, la realización de talleres, la aparición de lo emocional, los espacios de encuentro informales…
Y entre medias, los #open, esos encuentros que permiten vislumbrar y aportar ideas y temáticas y que suceden en los sitios más inesperados de nuestra geografía, promovidos inesperadamente por grupos de compañeros y compañeras interesados en mantener la llama del EABE.
Le debo mucho al EABE por sus dinámicas, que te ofertan diferentes maneras de ver el mundo tanto profesional como personal y social y también porque me ha abierto espacios y conocimientos para poder engrasar mi maquinaria educativa y mantenerla en buen estado para que funcione en el aula y poder ofrecer lo mejor que podemos y deseamos a nuestro alumnado y familias.
Como todos los años esperando que llegue el momento para preparar el equipaje y con “cosquilleo” en el cuerpo pensando en encontrarme con conocidos y no conocidos.
Un “abrazote” para todas y todos. Nos vemos en el EABE22 de Sanlúcar.