#SoyEabero
Me da coraje el no haber podido utilizar este hashtag durante mucho tiempo por culpa de la dichosa pandemia, pero afortunadamente esto va a cambiar. Todo estaba preparado para celebrar el último fin de semana de marzo de ese 2020 el EABE20 en mi querida Sanlúcar de Barrameda, pero un par de semanas antes nos confinaron y todo se fue al garete. Este EABE20 vuelve ahora al mismo sitio transformado en EABE22 y estoy seguro que lo hace con más fuerza que nunca, porque me consta el cariño que le están poniendo desde el equipo de organización.
Como me han pedido que deje mis impresiones sobre el EABE creo que lo más correcto es irse a los orígenes, que creo conocer bastante bien…
Corría el año 2003 cuando mi amigo Aníbal me mete en un lío llamado “foroisla”, que no era más que un grupo de profes andaluces interesados en el uso de la tecnología en el aula con fines educativos… y algunas cosas más. A partir de ahí creo que me “enredé” y recuerdo con mucho cariño todo lo que compartimos y las buenas amistades que hicimos. Y traspasando fronteras, pues una de las ventajas de las redes era esa, que el llamado “claustro virtual” estaba formado por docentes de toda España y de más allá de nuestras fronteras.
En el EBE08 (Evento Blog España 2008) celebrado en Sevilla me proponen organizar una mesa redonda sobre blogs educativos y ahí estuvimos dándolo todo varios docentes. A raíz de esto, el amigo Paco Fernández -emprendedor donde los haya- me dice: ¿Y esta idea del EBE por qué no la llevamos al mundo educativo? Dicho y hecho. Lo propone al CEP de Almería y en la primavera de 2009 se celebra el primer EABE (Encuentro Andaluz de Blogs Educativos). Todavía recuerdo ese viaje en el coche de Pepa con Lola y Rosa de acompañantes. Tres maestras y yo camino de Almería. Lo pasamos muy bien, aunque el formato de este primer EABE fue muy parecido a los congresos y cursos de formación a los que ya estábamos acostumbrados. Todo muy expositivo por parte de los ponentes y poca posibilidad de participación de los asistentes. Jamás se me olvidará la anécdota de “Tomás de Averroes”, porque Averroes -el portal educativo de la Consejería en aquellos momentos- era Tomás.
Poco a poco este formato inicial fue cambiando… y las redes ayudaron a ello. Después de Almería vendrían en años sucesivos Guadix (Granada), Casares (Málaga), Carmona (Sevilla), Algeciras (Cádiz), Úbeda (Jaén), Córdoba, Huelva… recorriendo todas las provincias andaluzas. Hasta aquí estuve en todos los EABEs, incluso participé en la organización de dos de ellos -Carmona (EABE12) y Huelva (EABE16)-, algo que jamás olvidaré por lo que supuso en mi vida profesional y, sobre todo, personal.
La calidad de las amistades conseguidas en los EABEs es dificilmente superable y, como digo, empezó siendo un encuentro de blogueros educativos andaluces, pero con el paso del tiempo fue traspasando temáticas y límites geográficos. Ya no solo se trataba de blogs, sino que se hablaba del uso de la tecnología en el aula, de otras metodologías, de atención a la diversidad, del papel del alumnado en su proceso de aprendizaje… en definitiva, de todos esos temas que preocupan y que hacen pensar que otra escuela es posible.
Y nos desvirtualizamos. Y nos abrazamos -sí, antes se podía; esperemos pronto poder volver a hacerlo- y hacíamos pasilleo -donde se aprendía mucho- y compartíamos cervecitas y tapitas… con andaluces de Bilbao, de Valencia, de Murcia o de Badajoz. Todo trascendía, todo se llevaba a las redes, éramos eaberos.
Siempre he dicho que el EABE se ha quedado como “una marca”, pues ya poco tiene que ver con los blogs y ha traspasado fronteras. De desvirtualizar a compañeros de profesión que nos seguíamos a través de las redes pasamos a convertirnos en amigos y, en algunos casos, en casi familia, pues son muchas las cosas que compartimos. Esas reuniones preparatorias en la casa de Almensilla de mis amigos Miguel y Pepa o en Islantilla en casa de los amigos Antonio y María… Esa preparación del himno del EABE12 en Sanlúcar de Barrameda en casa de los amigos Antonio y Zoraida con la participación de Juanjo, Mar y algunos más… Son cosas que jamás se me olvidarán y que me alegro de haber vivido. Hay muchas más, pero no quiero extenderme.
A los eaberos podemos decir que nos va la marcha, porque asistir al evento nos supone estar un fin de semana fuera de casa y asumir los gastos de desplazamiento, alojamiento y manutención. Pero puede más la recarga de pilas que uno se trae que cualquier otra cosa. Merece la pena, sin duda.
Lamentablemente no he podido asistir presencialmente a las últimas ediciones celebradas de los EABEs debido a mi enfermedad, pero sí he estado virtualmente y, sobre todo, de corazón. Me emocionó muchísimo el que contactaran conmigo a través de videoconferencia en el acto de clausura del último EABE celebrado y poder recibir el cariño y el apoyo de todos los asistentes. Si todo va bien, que espero que sí, estaremos la próxima primavera en Sanlúcar y disfrutaremos del EABE22.
Y para terminar… ¿qué podemos considerar que es un eabero? Si fuera una definición de la RAE nos diría: “Asistente a un EABE”. Pero mi definición va mucho más allá: “Un eabero es un profesional de la docencia -o no- que cree que otra escuela es posible, que le gusta compartir experiencias con otros compañeros, que está siempre dispuesto a aprender y que está deseando que llegue la fecha del próximo EABE”.
Así que, aunque yo esté retirado de este mundo educativo que tanto me ha gustado siempre, podemos decir que yo he sido, soy y seguiré siendo eabero. Hasta la muerte.
Juanma Díaz
@juanmadiaz
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